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sábado, 12 de marzo de 2011

EL OJO

De repente en el vientre de esa mujer había un niño, el niño viene del espacio; nueve meses de locura en una bolsa de agua giraba. Hace un tiempo que no disfrutaba la locura de la luna, allí se vacilaba unas mangas como aceitunas, unas almohadas de plumas.
Es que se pierde el sentido si se trata de soñar, es reír y llorar bajo ese árbol de mango, no lo repitas tanto que te puede hacer daño.
En aquella loma se ve venir un negro que le apodan New York, baila con un son que nos tumba de risa y es que se la tira de artista pero hay que gozarlo.
Las letras son ciegas se me pierden en vela, las noches son negras pero no saben a jalea, los viernes tripea y danza - menea.
Y como parar la linea marchita de una sonrisa que no se me quita. La vida es un libro que se agita y agita, escribe los días de pena - alegría; en noches oscuras ando tropezando con cualquier espanto que se cree muy santo pero bailo y bailo, hasta tragos aguanto.
Y no es por mal hablar que en el día diga sin luz en la guarida como me indigna la niña. Por eso es que cerrare las puertas de los cables que sin cesar se expanden para ausentarse mas que un padre irresponsable.



M.M

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